El origen de este día se remonta al año 270 (DC) cuando un tirano emperador romano había ordenado a todos los católicos adorar a doce dioses y decidió prohibir la celebración de matrimonios entre jóvenes, porque en su opinión los solteros sin familia eran mejores soldados. Un sacerdote llamado Valentino, considero injusto el mandato y continuó celebrando matrimonios en secreto. Cuando fue sorprendido, fue arrestado y enviado a prisión. El carcelero, quien se había dado cuenta que el religioso era un hombre culto, pidió permiso para traer a su hija Julia para que recibiera lecciones, quien era ciega de nacimiento.
El religioso le leyó cuentos de la historia romana, le enseño aritmética y le hablo de Dios. Ella vio el mundo a través de los ojos de Valentino, confió en su sabiduría y encontró apoyo en su tranquila fortaleza.
Durante las ultimas semana de su vida, algo impresionante sucedió. El sacerdote le dijo a Julia "Dios, siempre hace lo mejor para nosotros, si creemos en El".
-¿ Es verdad que Dios escucha nuestras oraciones?, Julia le preguntó.
-Sí, mi niña. Él escucha todas y cada una de nuestras oraciones, respondió.
-¿Sabes lo que le pido a Dios cada noche y cada mañana? Yo rezo para que pueda ver ¡Tengo grandes deseos de ver todo lo que me has contado!
-Dios siempre hace lo mejor para nosotros, si creemos en Él, le contestó.
-Oh, Valentino, ¡yo sí creo en Dios!, dijo Julia con intensidad. Entonces ella se arrodilló y apretó la mano de Valentino. Se sentaron juntos cada uno en oración. De pronto, una luz brillante iluminó la celda de la prisión. Radiante, Julia exclamó: "Valentino, puedo ver!" "Gloria a Dios", exclamó el sacerdote.
El religioso fue ejecutado al día siguiente, el 14 de Febrero del año 270. Cuenta la leyenda que Julia plantó un Almendro de flores rosadas junto a su tumba. Hoy el árbol es un símbolo de amor y amistad duraderos.
Es interesante tu publicación, gracias por compartirlo.
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