martes, 19 de marzo de 2013

LAS PALABRAS, UN ARMA DE DOBLE FILO


Llevar el despertar espiritual a la cotidianidad
"Soy espiritual", "me gusta meditar", "me alimento sanamente", pero de repente ¡me encuentro hablando mal de otra persona!
Hasta que punto somos capaces de llevar nuestra espiritualidad a la vida cotidiana?

Los pensamientos dan a luz palabras, palabras vivas llenas de energía que estan vibrando y que afectan nuestro campo energético,  y el grado de vibración sera alto o bajo dependiendo de lo que queremos decir, del sentimiento que acompañe a esas palabras y de nuestra intención.

 Cuando criticamos a otro en cierta forma es porque nos sentimos mejores que el otro. Hay una falta de amor y de compasión que son la base de nuestro despertar espiritual. Si no soy capaz de eliminar esos estados mentales negativos me vere atrapado en ellos retrasando mi progreso.
 Cuando estoy juzgando a otro, criticándolo tengo que parar, observarme, que esta queriendo decirme ese comportamiento en mi. El exterior es un reflejo del interior, el mundo en el que te desenvuelves es una manifestación externa de ti, entonces aquello que te molesta en el otro es algo que necesita ser resuelto en ti. 

 

UNA OPORTUNIDAD DE AMAR
 No todos somos iguales, pero todos somos parte de un Todo, cuando entendemos esto podemos aceptar que los demás no siempre tienen que pensar como quisiéramos y no siempre tienen que actuar como quisiéramos.  

Haz de cada encuentro una oportunidad de amar, de entender, de aprender. Cada persona que llega a tu vida tiene algo que aportar. Aprende a encontrar a Dios en el otro y así cuando mires sus ojos encontrarás el reflejo de tu propia divinidad.

“No condenes a ningún hombre en su ausencia; y cuando te veas forzado a censurarlo, hazlo frente a su cara, pero suavemente y con palabras llenas de caridad y compasión. Ya que el corazón humano es como la planta – Kusûli; que abre su cáliz al suave rocío de la mañana, y lo cierra ante un fuerte aguacero”. Precepto budista



                                                        Anjana Ajna



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