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El zen intenta el derrumbamiento de toda nuestra ilusoria construcción mental, apreciar la esencia de la existencia y lograr el desarrollo o la iluminación.
El koan consiste de una pregunta o pequeño relato que no tiene una resolución lógica. Su objetivo es estimular nuestro lado más profundo, nuestro sexto sentido, ahogado incontables veces por nuestra mente racional. Este es un diálogo místico entre maestro y discípulo, en donde el discípulo deberá meditar en él y encontrar una respuesta que no puede solucionarse por razón de la lógica, sino que debe ser intuida, con una actitud de perfecto vacio mental, este nunca tiene la misma respuesta para todos. Un koan puede durar años y ir evolucionando.
La contestación a un koan además suele ser extraña, y en circunstancias tiene bastante de humor o ironía, la respuesta a un koan no tiene por qué ser necesariamente un discurso, puede ser una acción como encender inciensos o rascarse la cabeza, depende del maestro y por supuesto del discípulo.
EJEMPLOS DE KOAN
Dice el discípulo:
-Os ruego me mostréis el camino de la liberación.
Responde el maestro:
-¿Quién te tiene prisionero?
-Nadie.
-¿Por qué buscas, pues, la liberación?
- Maestro, ayúdame a encontrar la verdad.
- ¿Percibes la fragancia de las flores?
. - Sí.
- Entonces no tengo nada que enseñarte.
¿Dónde estaba yo antes del nacimiento?, ¿Dónde estaré después de la muerte?.
¿Cual es el sonido de un árbol al caer si no hay nadie para escucharlo?
¿Puede usted pensar en la nada sin pensar nada acerca de ello?
Dos monjes estaban discutiendo acerca de una bandera. Uno dijo: La bandera se está moviendo. El otro dijo: El viento se está moviendo. Sucedió que el sexto patriarca, Zenón, pasaba justamente por ahí. El les dijo: Ni el viento, ni la bandera; la mente se está moviendo.
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