La muerte llega inesperadamente a mi vida siempre, y muero...entonces abandono el pasado, los apegos, las estructuras, las ilusiones, los miedos, el control y purifico mi mente. Morir es la gran oportunidad de despertar.
El nuevo nacimiento me llamaba a un nuevo viaje, un viaje mas simple, mas liviano, aceptando la vida como viene, aceptándome, entiendo que no necesito ser perfecta, no tengo que imitar a nadie, no tengo que ser la mejor. La sociedad crea pautas, me dice como debo actuar, vestir, pensar, hasta como debo llegar a ser, un ideal frustrante.
Este nuevo recorrido incluye abandonar la monotonía que nos separa del presente, estamos tan acostumbrados a hacer todos los días lo mismo, sin atención, como robot que van al trabajo a hacer lo mismo, que se alimentan pensando en otra cosa, que se encuentran con otras personas que se vuelven invisibles a sus ojos y dejamos de ver, dejamos de sorprendernos, nuestro cuerpo en un lado y nuestra mente en otro, y asi nos vamos durmiendo, la vida nos duerme, pero cuando logramos situarnos en el ahora vemos con nuevos ojos, empezamos a sorprendernos, a ver mas allá, y entonces el instante florece y comienza a hablarnos y el instante tiene tantas cosas que decirnos...y este viaje merece nuestra atención.
En este nueva travesía existe una responsabilidad, el ser fiel a quien soy, auténtica, la transformación es necesaria, no podemos querer crecer y seguir actuando siempre igual cuando la vida es cambio!!! y el cambio no es ni bueno ni malo, simplemente se presenta y por amor a nosotros debemos aceptarlo sin tensiones, sin resistencias, aprendiendo y amando.
No importa el lugar en que me encuentre, ser feliz es un estado del ser para el cual no debe haber ningún esfuerzo, y se produce como consecuencia del vivir fluyendo con la vida y esto parte de mi decisión, no necesito nada, no espero nada, todo se convierte en un regalo. Los maestros dicen que la ausencia de deseos trae la paz, pero no se trata de ir por la vida sin deseos, me doy la oportunidad de tener sueños, de tener anhelos, pero soy capaz de dejarlos en cualquier momento, si los tengo bien, si no los tengo bien también, su ausencia no me causa dolor ni sufrimiento por que no estoy atada a ellos y eso me da libertad.
Mi naturaleza es ser luz y lo acepto.
Acepto este viaje de entrega y renuncia,
de compasión y amor.
Trasciendo mi cuerpo y percibo el mundo a través de mi alma.
El espíritu me rebela la vida y la verdad.
Anjana Ajna
El silencio guarda en su interior una hermosa melodía, es la voz de mi Señor guiando mis pasos.
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